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SMARTMETERS, NO TAN “SMART”
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Autor Tema: SMARTMETERS, NO TAN “SMART”  (Leído 6405 veces)
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Y la verdad os hara libres


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« en: Noviembre 12, 2012, 12:18:31 pm »

Preocupados por la situación de los nuevos contadores de electricidad que están instalando en nuestros hogares y que ayer adelantaba (quien no la haya leído mejor que lo haga antes de continuar), decidimos preguntar en primer lugar tanto a Endesa e Iberdrola como al Ministerio de Industria si el sistema PLC y los aparatos inalámbricos del pomposamente llamado “sistema de telegestión” (que también llaman contadores inteligentes) son inocuos, si se ha realizado algún estudio para saber si pueden causar daños en el medio natural y en las personas… y ni los responsables de Iberdrola ni los del ministerio se dignaron a respondernos. Y es obvio que si existiera nos lo habrían dicho y enviado encantados. Endesa en cambio, a través de una portavoz de su departamento de Comunicación, no tuvo reparo en reconocer que ellos no han realizado ningún estudio de impacto ambiental. Eso sí, nos aseguraron con énfasis que ya se han cambiado 35 millones de contadores en todo el mundo “sin que haya habido problemas”.

Carlos Requejo, arquitecto interiorista y consultor ambiental especializado en contaminación electromagnética, nos diría al respecto:

“Existen diversos sistemas de conexión -tipo RTC, GPRS o TCP/IP- que realizan la lectura y el envío remoto de datos siendo el sistema más usado en el mundo el GSM/GPRS (el de la red de comunicaciones inalámbricas). Luego al ser inalámbrico emite microondas y el riesgo biológico es comparable al de la red WiFi. De hecho a mí me han llegado quejas porque al menos en algunos sitios se están instalando contadores con modem GSM/GPRS -es decir, que emiten microondas- y se han medido entre 20 y 50 mV/m; o sea, unos 10 µW/m2. Afortunadamente como la emisión es de baja potencia el apantallado de microondas es relativamente sencillo. Pero hay que hacerlo”.

En suma, ante la falta de información fiable numerosas personas están procediendo a hacer ellos mismos mediciones o a encargarlas a expertos. Y si bien sus resultados no tienen el valor de un estudio científico dejan entrever que los datos obtenidos no coinciden a menudo con los expuestos por las compañías. Un ingeniero de Gijón con el que hablamos -en la mayoría de Oviedo y Gijón se han cambiado ya casi todos los contadores de electricidad- realizó mediciones en un contador inalámbrico instalado en el concejo de Lena (Asturias) -en casa de sus padres- y los valores oscilaban entre 10 y 20 mV/m. Nada que ver pues con lo que dice la compañía que los instala.

Y a todo esto, ¿sabe el lector cuánto le va a costar cambiar su contador para que las compañías eléctricas necesiten menos empleados y ganen más dinero? Los responsables consultados de Endesa nos aseguraron que

“el ciudadano no tiene que pagar nada por sustituir los contadores tradicionales por los nuevos inteligentes que permiten la telegestión. Se mantiene el alquiler del terminal, fijado por ley, que también existía hasta la fecha. Además no precisa ninguna obra adicional. Es muy simple; solo hay que retirar el contador tradicional, sustituirlo por el nuevo por técnicos autorizados, conectarlo a la red y precintar el contador. Otra cosa es que el domicilio o bloque de viviendas no tuviera la instalación eléctrica en condiciones que eso ya no es responsabilidad de la compañía distribuidora“.

Sin embargo un grupo de clientes asturianos de esa compañía discrepan. El ingeniero antes citado -que nos pidió quedar en el anonimato – nos diría:

“A mí no me cobran nada en concepto de alquiler pero resulta que el consumo se ha disparado inexplicablemente. Tengo registrados los consumos de la vivienda desde 1995 y el cómputo mensual es de 285 kWh/mes (en la amplitud total de muestra). Promedio que llegó a alcanzar en años recientes los 400 kWh en meses puntuales. Bueno, pues desde el 2 de marzo de este año las facturas indican que ahora consumo entre 800 y 1.000 kWh/mes. He cursado la oportuna reclamación ante la comercializadora –EON- pero aún no me han contestado”.

Y es que esa es otra: ¿cómo podemos saber si los contadores son de fiar? ¿Cómo podemos saber que el consumo que marcan es real? Es más, ¿pueden manipularse los nuevos contadores desde la central de la compañía eléctrica? Porque resulta sospechoso que muchas de las personas a las que hemos consultado les haya ocurrido lo mismo.

A lo dicho hay que añadir la preocupación por la confidencialidad de los datos de los clientes ya que con las mediciones “en tiempo real” y los nuevos servicios de telegestión que tienen previsto ofertar las compañías se pueden obtener datos de nuestros hábitos de consumo. Algo que según Endesa se ha previsto asegurando que “la encriptación y autentificación de los datos garantiza al cien por cien la privacidad y seguridad de la información que circulará por los contadores”; sólo que eso no impide que ella pueda ejercer un mayor control de nuestra vida privada.

Para el abogado especializado en temas de salud, medioambiente y protección de datos Francisco Almodóvar, cn el que los asiduos del blog saben que he creado un bufete:

“Estamos ante un asunto donde convergen varios derechos. Por un lado está el derecho de la empresa a utilizar aquellas tecnologías que le permitan prestar un mejor servicio al cliente, ahorrar costes y hacer marketing. Pero ese derecho no es absoluto y puede entrar en colisión con dos derechos fundamentales: el derecho a la salud y el derecho a la protección de datos personales“.

¿Y entonces nos podemos negar a que se instalen tales contadores en nuestras casas? A su juicio sí. Según Almodóvar

“porque tenemos derecho a que se nos facilite la información sobre salud relacionada con ese producto y no se nos está ofreciendo“.

En pocas palabras: hay argumentos jurídicos sólidos como para que cualquier ciudadano pueda oponerse a que le instalen un dispositivo cuya inocuidad no ha sido demostrada.
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